sábado, 31 de diciembre de 2016

Feliz día Feliz

En un día como hoy la mitad de la sociedad  amanece con ilusión y una sonrisa en la cara, la otra mitad amanece expectante del devenir del día donde nos preparamos para la reencarnación, a la caza de los sueños de otros para incorporarlos a nuestro armario espiritual.

Hoy todo se comparte, y no es que seamos más felices, es que ponemos en común la felicidad y empatizamos con nuestro entorno, la absorbemos y enarbolamos como propia por el mero hecho de salir de nuestro rincón y darnos a ver y que nos vean. 

Hoy buscamos un lugar con ambiente, con bullicio, porque queremos ver sonrisas y hacerlas nuestras, oír cantar y sentirnos que pertenecemos al espíritu que propicia la espontaneidad de la música, beber como invitados de lujo a esta particular fiesta popular que se ofrece para todos.

Hoy es un día donde rejuveneces, piensas que todo va a cambiar, deseas una vida distinta y confías en ello solamente por el mero hecho de un proceso gravitatorio en lo celestial y mecánico en lo material, es sólo una suma de tic y tac.

Al anochecer, cuando hoy desaparezca, dormiremos tratando de evitar ser acompañados por nuestras posibles pesadillas, y al amanecer todo volverá a ser igual, o no, dependerá de cómo hayamos incorporado la felicidad de los demás como propia, de como hayamos buscado la conexión con quienes aportan positividad, optimismo, que irradien vida, ilusión, reconversión continúa. O dependerá de la toxicidad que hayamos inhalado con quienes ennegrecen cada minuto, quienes hoy lo consideran un mero trámite gravitacional de nuestro planeta, de quienes ven una explosión oculta en los tic-tac.

Aprovechad y sonreíd de verdad, apegaos a quienes desprenden luz, ello os aportará la visión y estímulo interior de conseguir el cambio deseado para el próximo año. 
La Felicidad copiada, meramente, puede ser germen de la frustración, pero aprender a encontrar la felicidad permitirá gestionar las emociones que puedan descalabrar nuestro autoestima, y para aprender a ser felices, acercaros a quienes lo son.

Hoy no solucionará ningún problema, es un oasis en la monotonía, pero quizás sea el día en que comencemos a realizar el sano ejercicio de pensar en la felicidad, seriamente, y generar nuestro propio cambio para conseguirla.


martes, 27 de diciembre de 2016

La noche eterna

Esta mañana cambié mi recorrido,
busqué tus huellas para seguirte
y encontrarte.

Mirar la perpetuidad del sol
enerva mi mente y la confunde
al pensar que nosotros
somos pasajeros.

Recuerdo tus palabras,
me invitabas a borrarte,
a no sentirte más,
a evitar encuentros extemporáneos,
pero tú te vas...

Y la noche eterna finaliza,
la luz se apaga,
la carne se ablanda
y la humedad se evapora.

El calor abre la puerta al frío,
aunque me aferro a buscar rescoldo
hasta que el tiempo pase,
inerte te deseo en tu isla
y que regreses de nuevo.

Estoy dispuesto a cruzar el mar
y rescatarte, y desamordazarte,
para que vuelvas a iluminar mis ojos,
henchir mi pecho,
mojar mis labios,
atar mis manos
y liberar mi mente
del recuerdo de la miel salada
que me diste a probar
y de la que no encuentro antídoto.

Sueño con ser como el sol perpetuo,
esperar, de nuevo, a ser inmortales,
hasta el final de nuestro aliento,
aunque dudo si soñarte
me ayudará a esperarte y encontrarte,
puede ser mi veneno o mi alimento.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Noli me tangere

A mi hermano.

Lo siento, no os vi venir, versos tristes
que hoy me lleváis de la mano
¿Dónde?
Tranquila, no te estrellaremos
contra el olvido.
Pero despacio, mis piernas están anquilosadas
siento que se me parten los tallos,
cigüeña amputada.
Lo siento, a tí tampoco te vi venir,
cerco de sudor que dibujaba su jugo salado
y anoche, en mis sienes, clavé.
Pero dejadme,
No quiero caminar,
Violación poética,
Insulto de voluntad.
Dejádme en paz, dejadme... malditos hijos.
Ahora tengo la cabeza
pegada a un espejo roto.
Mírate en él y descubre tu realidad
eres parte infinita de un todo quebrado.
Ahora tengo un muerto pegado al alma;

se rajó con un cristal.

Lo siento, no la ví venir
atmósfera que dejó tras de sí
humedad,
Invernadero,
cueva callada.
Allí le busqué intentando marcar
mi territorio en sus esquinas como
un perro viudo de luna, pero en tu perfecta circunferencia, resbalé,
sería la humedad.

Por favor, por favor, dejadme
¿No me veis casi desnuda y ensangrentada?
Con el disfraz de ser persona
puedo crear el arte de la mentira
y vosotros, versos desarraigados
Me abrís entera, separáis las aguas
 y me recogéis en medio.
Ingenuos, creéis que soy la virtud.
Ya te hemos descubierto, sucia desnudez,
calle trasnochada lamida por la soledad,
ahora sólo puedes decir la verdad.
¿Cuál de ellas? ¿La que él me enseñó?
Esa es la del frío te quiero,
Lo carnal del te deseo,
Lo sumiso del decirte no te vayas
y lo triste del adormecimiento,
entre mis brazos aunque no lo acunara.
¡Compadeceos de mí!
 Noli me tangere.
 Mirad que mi alma, al recordarlo,
se revuelve en sí misma,
Casa de derribo,
luna que tiembla en el chaleco que apedreas.
Ahora debes desaparecer,
 has expulsado tu esencia en este estornudo,
O seguir embriagándote para olvidar que bebes.
 ¡Malditos hijos... callaos!
De tanto dialogar
Mi boca es una flor machacada.